ANGEL BRACERAS – La prestigiosa revista “Atlántida” destacaba la actividad que desempeñaba en la vecina orilla en su establecimiento de tejidos y confecciones que instalara nuestro antiguo vecino don Angel Braceras.

Este comercio dedicado a la confección de distintas prendas y en especial a proveer de las mismas a las diferentes fuerzas policiales y militares de aquel país, ha alcanzado un alto grado de prosperidad, destacándose en aquella publicación e ilustrando estos comentarios con imágenes de siete de las principales secciones de aquel emprendimiento mostrando las maquinarias más modernas en las secciones de devanado, de cortado, de confecciones, etc. dando ocupación a numerosos operarios.

Colaboran con él sus hijos Pedro y Angel Braceras Haedo, siendo este último uno de nuestros más conocidos benefactores a través de sus múltiples donaciones y distintas ayudas en la faz cultural.

LANCHA AUTOMÓVIL – Reafirmando lo que decíamos en nota anterior relativo al Yatch de lujo del millonario García de Paysandú, como buenos chanás no nos quedamos atrás y transcribimos esta noticia de pocos días después.

“Dentro de breves días será conducida a nuestro puerto, procedente de Buenos Aires, una espléndida lancha automóvil adquirida en dicho punto por el Sr. Juan Fernández, hijo del acaudalado vecino don Mateo Fernández.

La lancha a que hacemos referencia  fue construida con lujo de detalles con amplios salones y cómodos camarotes, colocándole un alumbrado eléctrico  y potentes motores “Mercedes”-

El señor Fernández abonó por ella la suma de 35.000 nacionales”.

Notas: Caben aquí relatar algunos datos de las excentricidades de esta familia: don Mateo Fernández, padre del mencionado Juan, era un poderoso hacendado con campos en Coquimbo que se paseaba en el vehículo que mostramos, manejado por su chauffer – como se decía- mientras él se recostaba en el lujoso asiento trasero. En su estancia mantenía en cautiverio un tigre enjaulado, jaula que hasta hace unos años seguía en aquel lugar.

Una de sus manías era hacerse conducir al otro lado del Río Negro- cruzando en balsa por supuesto- para hacer sus necesidades fisiológicas. Y otra más aún era, la que – según sus vecinos que atisbaban por las ventanas -, dormía en ocasiones dentro de un ataúd, rodeado de velas encendidas. 

Un hijo de don Mateo, tal vez el dueño de aquella lancha,  fue dado por ausente o desaparecido, a raíz de un accidente marítimo por hundimiento de un navío en el que volvía al Uruguay, acaecido cerca de Río de Janeiro.

DESGRACIA CON SUERTE -  A don José María Garmendia, quien si se ha de creer en el refrán  que dice que los vascos son cabezas duras debe tener algo de eso, se le puso ayer entre ceja y ceja que a pesar del temporal reinante en el Río Uruguay debía efectuarse el traslado de unos novillos cargados en una chata, desde el puerto de Gualeguaychú al de Soriano.

La chata se fue a pique frente a Fray Bentos, pereciendo los vacunos en número de 72.

El Sr. Garmendia y su capataz, que viajaban en la balsa, fueron salvados milagrosamente por los marineros del remolcador.

Hace ya cien años se conocía la manera de abaratar los costos de la atención de la salud mediante la incorporación a una Sociedad que atendía toda la gama de gastos que debieran hacerse para atender la misma.

BOISO LANZA – Este prestigioso aviador, Director de la Escuela de Aviación de Los Cerrillos, murió en un accidente aeronáutico en Pau el 10 de agosto de 1918, donde había concurrido a perfeccionarse y observar los adelantos que experimentaba la aviación. Se estaba ya utilizando en acciones aéreas en la Primera Guerra Mundial. Era Juan M. Boiso Lanza un caracterizado militar de excelente reputación en el ejército, sumándose a los primeros mártires que se cobraba esa nueva manera de vencer la atracción de la gravedad terrestre. Se encontraba en la Escuela de Aviación de Pau (Francia) estando a punto de recibir el brevet de Aviador Militar. 

En el acto del sepelio en ese país se le recordó como “el oficial más celoso de sus deberes, el militar más recto y más conciente, el hombre del carácter más educado que había pisado esa famosa escuela”.

CURANDERISMO – Desde siempre se conoce al curandero como a quien se recurre cuando no se cree totalmente en todo lo que le recetan los médicos y se conocen en nuestro país desde que el Cabildo de Buenos Aires en 1784 autorizó su práctica en los lugares de campaña donde no hubiera médicos.

Se recuerda también que la Junta de Higiene de Montevideo autorizó en 1850 al sacerdote Santiago Estrázulas y Lamas a ejercer la medicina homeopática, según lo menciona el Dr. Héctor Braceiro Diez en su libro sobre “Supersticiones y curanderismo”, atendiendo aquel hasta 800 personas por mes a quienes curaba entre otras cosas con cucharadas de aceite de hígado de bacalao recién aparecido en el mercado farmacéutico.

-  Valga este prólogo para mencionar que en nuestro departamento y en especial en nuestra ciudad han sido muchas las personas que fueron reconocidas (o perseguidas) por practicar el ejercicio ilegal de la medicina.

En la época que estamos desgranando se menciona en octubre de 1917 que fue sometida a prisión la curandera Nicasia Ramos por haber causado la muerte de dos señoras a quienes había sometido a sendas operaciones.

También en 1918 es detenida y conducida en tal carácter a Colonia de donde había sido requerida, la curandera Celestina Conde  (que conocimos como “la curandera de Drabble” ó como doña Celestina) por la práctica ilegal de la medicina. 

Años después su fama cruzó fronteras y se dice que en su pueblo atendió a Eva Duarte de Perón de la enfermedad que finalmente acabara con su vida.

Esta señora – la Conde - fue y es muy respetada y honrada por todos quienes la conocieron, siendo aún visitada con veneración su tumba en aquella localidad, hoy José E. Rodó.

Y como no hay dos sin tres, el 21 se octubre de 1918 se menciona que un vecino doloreño denuncia la aparición en aquella ciudad de un curandero llegado de Entre Ríos, el que “manifiesta tener un gran poder, bastando que toque solamente al “cliente” para curarlo. Como medicamento le da una botella o una damajuana de agua de pozo”. Dice el periódico, “desde que está aquí – en Dolores- caen todos los días 50 o 60 personas a consultarlo y ha tenido hasta 100 clientes..

El denunciante está indignado por la explotación de la ignorancia que hace este semi- dios, pidiendo que la autoridad tome cartas en el asunto.

Y como este caso hay y siempre hubo quienes se aprovechan de los incautos.

JOYERIA ROSSI – En esas fechas comenzaba su actividad la “Joyería Rossi” a cargo de Santiago Rossi, la que continuada por su hijo del mismo nombre, llenó toda una época.

Sus comienzos fueron en calle Artigas, acera oeste, planta baja de la antigua casa de 2 pisos que aún existe.

VISITA PRESIDENCIAL - En el año 1915 se produce la visita a la ciudad de Mercedes del Dr. Feliciano Viera, quien entre otros actos públicos, visitó la Jefatura de Policía, siendo recibido por el Jefe  Político Dn. Juan L. Gadea. (la foto muestra su arribo a la Jefatura)

Su permanencia fue un motivo de atracción del vecindario que siguió con curiosidad su agenda, lo que se aprecia en la fotografía que se reproduce.

Es curioso el medio empleado para llegar a Mercedes, según lo narra Eduardo Galagorri en su trabajo sobre “Visitas Presidenciales a Soriano”.

Partió por tren de Montevideo el 13 de octubre de 1915 a las 23 y 25 con una gran comitiva. Al llegar a Palmitas, donde se detienen, les sirven un “suculento asado” llegando a Mercedes a las 8 horas del domingo 14. Es recibido por el Juez Ldo. Dr. Pedro M. Lago.

En la Intendencia lo recibe su titular el Dr.Juan A. Reta y pasa luego a la Jefatura de Policía dándole la bienvenida el Jefe don José L. Gadea. Posteriormente paseo fluvial, almuerzo criollo en la Asociación Rural, participando luego de un desfile de más de 1400 niños en la Rambla.

Se toma un reposo en la casa del Sr. Fausto N. Madrid – donde pernoctará - en las hoy calles F. Aldunate y Braceras (sede de la OSE hoy), paseando luego en el vehículo que se ve en la foto por la ciudad.

En la noche banquete en el Centro Uruguayo produciéndose su partida el día lunes 15 a las 7 horas por ferrocarril hacia San José. En el trayecto se detenía en todas partes donde se concentraban vecinos y escolares con cantos y flores y en particular en el paraje donde se levantaría el pueblo de Palmitas.